Situado a 45 kilómetros de
Zaragoza, Belchite Viejo fue uno de los pueblos más castigados por la Guerra
Civil Española. El pueblo entero se convirtió en un campo de batalla y se
estima que en tan solo 15 días murieron hasta 3.000 personas. Tanto los combatientes
como los vecinos del pueblo sólo se lamentaban, espantados, preguntándose así
mismos que les iba a pasar, que iba a ser de ellos.
Todo indica que esas almas atormentadas y esos lamentos espeluznantes aún permanecen atrapados en sus ruinas. Allí se han conseguido grabar psicofonías realmente terroríficas. Éstas son estremecedoras, recreando la guerra o mejor dicho como si la guerra aún continuase para ellos, una guerra sin fin, una guerra que aún hoy podemos escuchar en ellas. En ellas aún se escucha el dolor, se siente la desesperación...
Todo indica que esas almas atormentadas y esos lamentos espeluznantes aún permanecen atrapados en sus ruinas. Allí se han conseguido grabar psicofonías realmente terroríficas. Éstas son estremecedoras, recreando la guerra o mejor dicho como si la guerra aún continuase para ellos, una guerra sin fin, una guerra que aún hoy podemos escuchar en ellas. En ellas aún se escucha el dolor, se siente la desesperación...
Rumores aseguran haber notado extrañas presencias. Otras leyendas de la época
dicen haber visto formas fantasmales vagando por el pueblo.
La mayor muestro de la maldición de Belchite son la gran cantidad de psicofonías conseguidas allí: desde voces humanas que gritan, súplicas de ayuda o de piedad o, incluso, un avión dejando soltar una bomba y el estruendo de la misma.
Pero entre todas las leyendas que existen del pueblo de Belchite, hay una que es extremadamente terrorífica:
Se cuenta que un grupo de parapsicólogos había ido a Belchite a investigar e intentar grabar algo realmente esclarecedor. Después de pasear por el pueblo buscando sitios inquietantes dónde empezar a grabar, se decidieron por la iglesia ya que ésta había sido la prisión improvisada de los soldados cogidos del otro bando.
Entraron y antes de empezar las grabaciones oyeron una voz masculina que, con un fuerte acento baturro, decía “Sacadme de aquí...Sacadme de aquí...¡¡SACADME DE AQUÍ!! Emocionados, todo el grupo empezó a enchufar las grabadoras y a tomar notas, haciendo caso omiso de lo que la voz les decía. Fue en ese preciso instante cuando la misma voz, con un tono enojado e impaciente, empezó a gritarles que se fueran. "¡¡Largo de aquí!! ¡¡LARGO!!"
Alarmados, todos abandonaron la iglesia. Un trozo de techo se desplomó, justo encima del lugar donde habían estado grabando...
Hoy día el pueblo está desierto, sin vida. Sólo están las ruinas tal y como quedaron después de aquella guerra civil de 1936.
La mayor muestro de la maldición de Belchite son la gran cantidad de psicofonías conseguidas allí: desde voces humanas que gritan, súplicas de ayuda o de piedad o, incluso, un avión dejando soltar una bomba y el estruendo de la misma.
Pero entre todas las leyendas que existen del pueblo de Belchite, hay una que es extremadamente terrorífica:
Se cuenta que un grupo de parapsicólogos había ido a Belchite a investigar e intentar grabar algo realmente esclarecedor. Después de pasear por el pueblo buscando sitios inquietantes dónde empezar a grabar, se decidieron por la iglesia ya que ésta había sido la prisión improvisada de los soldados cogidos del otro bando.
Entraron y antes de empezar las grabaciones oyeron una voz masculina que, con un fuerte acento baturro, decía “Sacadme de aquí...Sacadme de aquí...¡¡SACADME DE AQUÍ!! Emocionados, todo el grupo empezó a enchufar las grabadoras y a tomar notas, haciendo caso omiso de lo que la voz les decía. Fue en ese preciso instante cuando la misma voz, con un tono enojado e impaciente, empezó a gritarles que se fueran. "¡¡Largo de aquí!! ¡¡LARGO!!"
Alarmados, todos abandonaron la iglesia. Un trozo de techo se desplomó, justo encima del lugar donde habían estado grabando...
Hoy día el pueblo está desierto, sin vida. Sólo están las ruinas tal y como quedaron después de aquella guerra civil de 1936.
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